Empleado del SAIME asegura que fue despedido porque sabía mecanografiar con más de un dedo
Wilmar Gutiérrez, un empleado del Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (SAIME) de la oficina de Trapichito, estado Miranda, denunció hoy ante las autoridades del ministerio de Trabajo que fue despedido injustificadamente, a razón de su “gran habilidad” de teclear nombres, apellidos y algunos números con más de dos dedos.
Por medio de una declaración escrita, Gutiérrez explicó las razones que llevaron al cese de su relación laboral con el organismo: “Ya yo había visto que los jefes me torcían los ojos cuando metía data en las computadoras, pero jamás imaginé que eso me iba a meter en problemas. Hasta que esta semana me llegó una carta del Coordinador Seccional Parroquial del SAIME para el estado Miranda que decía que se me estaba despidiendo por incumplimiento del contrato, decía la carta que tecleando rápido estaba saboteando la principal misión del organismo, que es retrasarle todo lo posible a los ciudadanos la emisión de sus documentos; ¡hasta me tildaron de ‘eficiente’! En realidad me botó por mis dotes y actitudes (sic) para ser un trabajador de la Patria, yo aprendí a darle al teclado de la canaimita porque uno va mejorando ¿ve? antes solo tecleaba con los índices, ahora puedo darle otro uso al meñique que no sea de sacarme la cera de la oreja. Y también aprendí a darle uso al dedo medio, no tanto al anular porque ese me lo picaron un poquito cuando estuve preso. Pero no nos desviemos del tema, aquí vine fue a denunciar a los directores del SAIME por haberme despedido y haberme sacado de la lista de la CLAP sólo por teclear con más de un dedo, debería darles vergüenza” sentenció Gutiérrez mientras decía que le iba a poner Qwerty Asdf a su hijo.
En otras declaraciones, Ruben Amaya, coordinador del SAIME de Trapichito y colectivo en sus ratos libres, explicó su versión de los hechos: “Al señor Gutierrez se le botó por negligente, estaba adelantando el proceso; si le pedían cédulas, él las sacaba en 15 días y no en 6 meses como está estipulado en el debido proceso. Además recibimos denuncias de que no trataba mal a la gente; todo lo contrario, hasta habían reportes donde se le señalaba por su amabilidad y eso para nosotros está mal visto. ¡Que le dé gracias a Dios que solo lo botamos!” finalizó Amaya, para seguir con la partida de Carta Blanca que lo tiene ocupado desde 2007.