Nicolás Maduro sigue sin dejar una buena impresión en la cumbre de los BRICS, y es que además de llegar de arrocero y robarse los centros de mesa, el presidente de Brasil, Lula da Silva, se vio obligado a usar su poder de veto para prohibir al mandatario venezolano acercarse a la mesa de quesos, luego de que se los comiera casi todos por su cuenta, guardando las sobras en los bolsillos de su traje Rori.