Descontentos con la falta de protagonismo que han recibido durante las últimas dos semanas en los medios venezolanos, un grupo de beisbolistas venezolanos se colaron en el Estadio Olímpico de Londres y procedieron a echarle un manguerazo a la llama Olímpica, a modo de protesta.

«No es justo que durante dos semanas, ¡dos semanas completas!, todo el mundo esté pendiente de unos dizque atletas batiendo records y ganando medallas. ¡Por Dios! ¿Cómo se atreve esta gente a llamarse a sí mismo atletas? ¿Cuál es el Índice de Masa Corporal de esta gente? ¡Pssst, no joda! ¡Ni culo tienen!» manifestó Miguel Cabrera, segundos antes de lanzar una botella de whisky al pebetero olímpico. «¿Qué tengo qué hacer para regresar a la prensa? ¿Manejar borracho? ¿Salir en un video con mi pana el Potro? ¡Ay, chamo, no me tienten, mira que yo sí lo hago» manifestó, segundos antes de dar una carrera —fallida— de 20 metros tratando de huir de la policía.

«No es justo, en Venezuela deporte es béisbol, es cerveza, es barriga. Nos sentimos de verdad traicionados cuando de repente nos cambian por estos pseudoatletas. ¿Correr 100 metros en menos de 10 segundos? No hombre, más rápido corren las güirchas en la cubierta del yate de mi pana el Kid, dígalo!» aseguró Kelvim Escobar, pelotero retirado, que se sumó a la protesta a pesar de salir cada 30 minutos en un post de La Patilla junto a Diosa Canales. «Es triste que uno tenga que ponerse a esta edad de uno, en que uno es un tarajayo, los uniformes esos que parecen piyamas de carajito para dejar en alto el nombre del país, para que ahora lo negreen a uno así de feo. El otro día entré en una discoteca de Las Mercedes y nadie echó tiros al aire ni nada. Ni un piche autógrafo firme. Hasta me cobraron los 15 servicios de whisky. Y eso que entré representing, con un flow que te cagas. No puede ser, el mío» manifestó Escobar, visiblemente compungido. «Si hubiera sabido que iba a llevar esta vida mediocre y gris, le hubiera hecho caso a mi mamá y hubiera estudiado».