Cientos de feligreses se reunieron hoy en las inmediaciones de la plaza de San Pedro en El Vaticano para celebrar la aparición de una imagen de Jesucristo en la mano que golpeó el Papa en su paseo de fin de año.

“Confieso que no estuvo bien haber jalado al Papa, pero estaba muy urgida en contarle que había llegado a un nivel alto en Duolingo y ya podía hablar en italiano con él. Imagina mi sorpresa cuando lo que recibí no fue una bendición sino un golpe en la mano. Estaba devastada, pero al llegar a la casa me di cuenta de algo milagroso: en el moretón de mi mano había aparecido la figura de Jesucristo. Con su pelo largo, su barba y sus rasgos caucásicos iguales a los de toda la población mediterránea. Quedé en shock, siento que esto es un mensaje de Dios para esparcir su palabra o para que deje de ser una desgraciada imprudente. Una de las dos” exclamó la mujer víctima del manotazo del Papa quien prefirió mantenerse en el anonimato y poder recibir otro golpe divino el año que viene.