Para asombro de todo el colectivo nacional, el día de hoy el avión presidencial retornó brevemente a Venezuela para surtirse de combustible y regresar a su base de Cuba.

Oliver Zavala, directivo del aeropuerto de Maiquetía, aceptó amablemente conversar con nosotros, a cambio de la módica suma de Bs.F 1.000 y dos maletas de nuestra propiedad: «En la mañana de hoy llegó al aeropuerto de Maiquetía, sin previo aviso, el avión presidencial, lo que ocasionó que activaramos el protocolo de rigor. De inmediato desplegamos en la rampa 4 la banda marcial, colocaron una alfombra roja y el atril de los discursos, mandamos a traer a un coro de niñitos para que cantara el himno e incluso los trabajadores de VTV pusieron las cámaras y se prepararon para la típica alocución de 3 ó 4 horas. Sin embargo, todos se quedaron de una pieza al ver que el avión se dirigió a la zona de surtido de combustible, cargó rápidamente sus tanques y volvió a despegar, rumbo a la isla de Cuba» afirmó Zavala, segundos antes de romper en llanto por la emoción: «Por lo menos uno de los camarógrafos de VTV logró captar al presidente saludando desde la puerte que abrió por 10 segundos, para luego comenzar el despegue. ¡Tan bello, Comandante! ¡Dios me lo cuide y me le dé salud! ¡Ojalá nos visite pronto, pero que sea un poquito más tiempo, para poder atenderlo; no esta visita de médico!»

Carlos Berrizbeitia, diputado de la bancada opositora que anda desde hace años con una calculadora en mano, sacando la cuenta de los miles de millones de dólares que Chávez y su gobierno gastan a mano rota, comentó que, al menos, la recarga de combustible en territorio nacional permitió a la Nación ahorrarse una buena cantidad de dinero. «Los cubanos venden la gasolina de aviación a un precio imposible de pagar. Lo más bravo es que esa gasolina la hacemos nosotros mismos y se la damos a precios de gallina flaca. Es raro que yo lo diga, pero sí, esto nos permitió ahorrar dinero. ¡Casi 20.000 dólares! Finalmente los viajes presidenciales bajaron de 20.5 millones de dólares a 20.48 millones.» afirmó Berrizbeitia, mientras su mente hacía cortocircuito.