En una sesión extraordinaria efectuada hoy en su sede en Nueva York, la Asociación Mundial de Alcaldes se reunió para discutir lo que dieron en llamar «el milagro venezolano»: la reducción casi absoluta del tráfico automotor en las ciudades de Venezuela. Dicha reunión arrojó como resultado la recomendación de hacer desaparecer los dólares destinados a la importación de repuestos para disminuir al máximo la circulación de vehículos.

«primero se debe instaurar un sistema de control cambiario, y en paralelo, acabar con la producción nacional; luego robarse todo el dinero del país, ¡TODO!»

–Luis Revilla

Nuestro pasante subpagado, quien se encontraba en la reunión robando pasta seca, nos cuenta los pormenores de esta cumbre de alcaldes: «al principio ninguno de los alcaldes lograban entender lo que había hecho Venezuela para desaparecer el tráfico de manera tan contundente. Se manejaron muchas premisas: ‘¿Será que hicieron más estaciones de metro, sin decirle nada a nadie? ¿Quizás eliminaron los subsidios a la gasolina? ¿Estarán usando vehículos voladores? ¿Establecieron un día de parada? ¿Invirtieron inteligentemente en sistemas de transporte público?’ fueron apenas algunas de las interrogantes que surgieron; tuvo que llegar al final Luis Revilla, el alcalde de La Paz, para aclarar la situación. “No, no, no, nada de eso. No se partan la cabeza: ellos usaron Socialismo del siglo XXI. ¿No lo entienden? Se los explico: primero se debe instaurar un sistema de control cambiario, y en paralelo, acabar con la producción nacional; luego robarse todo el dinero del país, ¡TODO!, para así no tener divisas que dar a las empresas importadoras de repuestos de carros y ya lo que queda es esperar a que se empiecen a dañar todos los vehículos. Por si acaso, solo por si acaso, usted deja que suba la delincuencia: así los pocos a los que el carro no se les ha dañado igual se quedan en casa. ¡Listo! Después de un tiempo, el tráfico desaparecerá solo, dejando las calles libres a las 4Runners de oro del Gobierno.” sentenció Luis Revilla mientras era ovacionado por todos los presentes, quienes se pusieron camisas rojas y destaparon botellas de whisky para brindar por la próxima desaparición del tráfico en el mundo.