Policía que dibuja siluetas de muertos entra en fase cubista

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Policía que dibuja siluetas de muertos entra en fase cubista

El subcomisario Ramón Padrón, encargado de dibujar las siluetas de los muertos adscrito a la Dirección de Criminalística del CICPC, entró de lleno en una etapa cubista.

Nuestro pasante subpagado logró conversar con el subcomisario Padrón, mientras se clavaba dos de mechada y una malta. «Cuando uno procede a levantar un homicidio, uno tiene que preguntarse muchas cosas. ¿Qué veía el occiso? ¿El presunto victimario? ¿Cualquier testigo? Yo te me analizo la escena del crimen, la deconstruyo y trato de plasmarla abstractamente, desde una infinidad de puntos de vista. Para el ojo de cualquiera, lo que yo hago es un vulgar muñequito de tiza; pero que va, ya mis años de hiperrrealismo quedaron atrás. Además, con tantos asesinatos que uno tiene que dibujar, es natural que uno se plantee nuevos retos, nuevas inquietudes, que te me haya lo que te viene siendo una evolución, pues» afirmó Padrón, al hacerle una seña discreta al portugués para que le anotara su desayuno en la cuenta del pasante.

Las reacciones del mundo artístico no se hicieron esperar. «Yo tenía años advirtiéndolo, y me alegra ver que por fin está pasando: era cuestión de meses o años para que la escena del dibujo de muertos en la acera en Venezuela pariera un genio artístico del tamaño de Padrón» aseguró el profesor Mauro Cadenas, profesor de la escuela de Arte de la UCV, sentado al frente de su Fairlane 500, mientras hacía uno de sus breves descansos de su segundo trabajo como taxista. «Veo en cada trazo de Padrón fuerza, tensión y destreza en el manejo de la técnica. Padrón es un prodigio, heredero de la línea de Braque, de la abstracción de Picasso, del intelecto de Gris. Cada uno de sus muñequitos de tiza es un tributo al arte del siglo XX, es la búsqueda de un intelecto que pretende comprender la forma como trabaja la Naturaleza y como la Cultura y la Sociedad afecta la percepción que tenemos de lo que nos rodea. Yo le recomiendo a curadores de museos y coleccionistas que consigan su mandarria, su taladro neumático y su cincel y traten de conseguir un Padrón para sus colecciones. No se arrepentirán» afirmó el profesor Cadenas, mientras rebotaba a un señor diciéndole que a esta hora a Artigas no iba ni loco.

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