Asesinan a Chuck Norris en cárcel venezolana

Sucesos

Asesinan a Chuck Norris en cárcel venezolana

Los difíciles días de violencia en las cárceles venezolanas parecen no tener fin. En esta ocasión, la nueva víctima se trata del conocido actor Chuck Norris, que fue asesinado el día de hoy al recibir 63 disparos, luego de quedar atrapado en el fuego cruzado en el enfrentamiento entre dos bandas rivales que luchaban por controlar la sombra de una mata de mango en el patio de un penal.

Pudimos hablar con Brazo de Picó, conocido malandro que paga una condena de 25 años por robarse el emblema de la maleta de un Toyota Corolla, quien fuera compañero de celda de Norris, junto a otros 159 presos: «Desde que el bichito ese cayó aquí, yo supe que lo que estaba era bien pero bien jodío. Llegó con un revire y un malandreo y una actitucita atrinca, que si nadien sabía quién era él, que si su balba era de alambre de púas, que si sus lágrimas eran de ácido de desmanchal pocetas y un poco de maricoteo más, pero en lo que se dio cuenta de cómo es que es el merequetengue aquí, cuando vaciló como es que se bate el cobre en esta ñelda, ahí si que se cagó de guapo», afirmó el delincuente, mientras pagaba 15.000 bolívares fuertes a un Guardia Nacional y 8.000 más a un pran por poder sacar la mano 30 segundos por una ventana. «Imagínate tu que cuando llegó el pran a cobrale el privilegio de poder sentarse en el escaloncito 5 minutos al día, quiso hacer una verga ahí dizque de una patada voladora y en lo que vio la 45 peine pa’fuera del Ulises, ahí se le salió pipí y pupú y toda esa vaina. ¡Coño, pobre pana! ¡Tan arrechito que se las daba, y terminó siendo la reinita de la celda! Aquí te lo acoñaciaron, te lo vistieron de jeva, le afeitaron la chiva, le pusieron un tatuaje en la parte baja de la espalda que decía ‘Dale duroo papi’, te lo pusieron a limpiar los baños, con decirte que hasta -con el peldón de la grosería- el chiquito terminó dando, pobre pana»

Careniño, otro de los compañeros de celda de Norris, intervinó para seguir ilustrando el infierno que fueron las últimas horas de Norris: «No guón, eso no es nada, el mío. Yo vi con estos ojos que se han de comel los gusanos como los bichitos de la celda de máisima seguridad hacían fila para hacerle la carretilla al pana. ¿Ah, no sabes lo que es la carretilla? ¡No gueón, tu NO quieres sabel lo que es esa vaina! ¡Mejor ni preguntes, que si el pran te escucha te va a querer enseñar! ¡Quédate sano!» Luego de pagarle 45.000 bolívares fuertes a un Guardia Nacional por un Astor Rojo, Careniño prosiguió. «Lo que es estar en el sitio equivocao en el momento equivocao… coño, que te pongan a lavar interiores precisamente el mismo día en que se caen a tiros pa’ ver quien controlaba la matica donde se mueve la piedra. Pobre pana. Ya al final le estaba cogiendo hasta cariño. De bola, también fue mío, pero yo soy así, me empepo chola. Coño bróder, uno sabe que uno tiene en el destino de uno un bala, ¿pero 63 pepazos? ¡Velga, nadien se merece esa ñelda!»

Pacheco, uno de los comisarios del CICPC que investiga la muerte de Norris, afirmó que ni siquiera está seguro si estamos en presencia de un asesinato. «Esto no es más que un presunto incidente aislado. Una sospecha. Ni siquiera sabemos si el tal Norris existía de verdad. No hay registros, no hay testigos, ni siquiera estamos 100% seguros de que la cárcel está ahí.»

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