La primera promesa incumplida de Nicolás Maduro, la de embalsamar el cuerpo del ex presidente Hugo Chávez, está sentadita en su corral, tranquilita, esperando la llegada de más amiguitas como ella para poder jugar y compartir sus juguetes. Mientras tanto se entretiene viendo Discovery Kids en la tele.

«Es chévere esperar, porque cuando lleguen mis amiguitas, vamos a poder jugar y pasar un rato bien divertido» afirmó la promesa de embalsamar el cadáver de Chávez, sin despegar los ojos de un capítulo de The Backyardigans que han pasado apenas 200 veces. «Mi papi Nicolás me dijo que si me portaba bien bien bien, pronto vendrían más promesitas incumplidas; me dijo que ahorita que está en campaña es muy probable que estas amiguitas lleguen bastante rápido. ¡Ojalá y sea verdad que viene la promesita incumplida de desarmar a la gente, o la de tender puentes con los empresarios y la oposición» dijo la promesita, mientras se acostaba y se agarraba las piernitas, señal que a su tierna edad significa estar sintiendo mucha felicidad.

Intentamos conocer la opinión de las niñeras de la promesa incumplida, que manifestaron a regañadientes no ver la hora en que lleguen las amiguitas de la dulce promesa. «Ahí donde usted la ve tranquilita, esa promesita es mandinga, candela pura. Sí creo que le hace falta jugar con otras niñitas, ojalá lleguen rápido. Ningún gobierno debería tener una sola promesa incumplida, se ponen tristes con el tiempo. Les hace falta tener varias promesas incumplidas más para que desarrollen confianza, seguridad en sí mismas y todas esas cosas chéveres que deben tener las promesas incumplidas» afirmó la señora, que nos pidió que no fuéramos a decir su nombre porque si no la botaban.