Familia que logró saquear se mete un atracón de toallitas húmedas
Cansado de ver a su familia pasar hambre y de oír excusas vagas que intentan justificar la ya prolongada escasez de alimentos, el señor Álvaro Contreras, originario de Mérida, decidió llevar algo a la mesa de su familia a como dé lugar. Esta fue la razón que lo llevó a participar durante el día de ayer de un saqueo al minisupermercado de su urbanización; pero como no había nada comestible, su familia terminó dándose un atracón de toallitas húmedas.
Luego de comer el inusual festín, el señor Contreras aseguró estarse sintiendo un poco mal, tanto moralmente como del estómago. “Dime tú: ¿hasta cuando esta vaina, vale? Aquí nadie toma medidas de ningún tipo. Los precios están por las nubes, no se consigue nada y yo ya no puedo estar todo el día haciendo cola porque sino me van a terminar botando de mi trabajo. Por eso cuando vi a la gente rompiendo la santamaría se me prendió el bombillo. Agarré un palo, unas bombas Molotov y bajé a saquear ¿Que si me da pena decirlo? Sí, yo sé que no está bien, pero ¿qué hago? ¿No como? Apenas entré, intenté agarrar comida, pero no había nada. Ni una cebolla podrida, ni una papa, ni un pollo, nada. De todas formas no iba a perder el viaje, así que nos le entré de frente a lo que que quedaba: cremas, ampollas para el pelo y toallas húmedas, que fue lo que terminamos cenando. Con bastante candela pasan, y si la sazonas con sal, pimienta y bastante optimismo, son ricas y todo” afirmó Contreras, mientras guardaba en la nevera las toallitas que le quedaban.