Desde usar el agua de la pasta para bajar la poceta hasta reciclar los jeans viejos como pijama, los jóvenes hacen de todo para sobrellevar la paupérrima economía venezolana. Sin embargo, los caraqueños Gabriel Montiel y su novia Sara Vera llevaron el ahorro al límite abriendo su relación para dividir los gastos entre más personas.

Mientras compartían una pizza individual entre seis novios y novias, Sara comentaba esta nueva etapa amorosa: “Los viejos se la pasan exigiéndole a uno monogamia, nietos a los 22 años y que, de paso, emigremos para mantenerlos a punta de remesas. ¡Así no se puede! Por eso, Gabriel y yo nos pusimos la meta de tener ocho novios y novias para final de mes. Porque fíjate: uno paga el internet, los otros tres el mercado, otros tres el alquiler, y los que quedan van reformando el baño para que quepamos todos a la vez y así ahorrar agua. La verdad es que solo amo a mi Gabo, y los taxistas se molestan cada vez que pedimos la carrera entre todos a algún lado, pero hemos encontrado en esta pequeña comunidad amorosa una forma de no morir de hambre. Eso sí, andamos buscando una lavadora de 120 kilos porque se nos llena muy rápido la cesta de la ropa sucia”, concluyó Sara antes de ir cojeando a su orgía diaria, para mantener viva la llama y la corriente eléctrica en la casa.