Familiares, conocidos y seres queridos se dieron cita ayer en la Parroquia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro – ubicada en el oeste de Caracas – para celebrar una misa por la capacidad de asombro del venezolano, que cumple 10 años de muerta. «Cuando ella estaba viva, las cosas que pasaban en este país, buenas o malas, tenían un color especial; se podía decir que de una manera u otra ella llenaba de vitalidad la casa de todos los que la conocimos» afirmó compungida la señora Lola de León, mientras enjugaba una lágrima con un pañito de cocina que sacó de su escote. «Desde que murió, la cosa cambió por completo: uno recibe y recibe malas noticias y todo es lo mismo. Todo es esta maldita certidumbre de que nada va a pasar. ¿Recuerdas cuando uno decía ‘No creo que pueda haber nada peor que esto’? o cuando decíamos ‘No, chico, yo no creo que hagan eso.’ Pffff, en mi casa más nunca se dijo eso jamás. Dios la tenga en su gloria, a la capacidad de asombro. Jamás te olvidaremos».