El joven José Fernando Peña asistió a Escape Caracas, un local de entretenimiento al que la gente va a jugar intentando escapar de una habitación descifrando acertijos. Sin embargo, Peña fue con otra intención: a diferencia del resto de usuarios, él no buscaba divertirse; sino pagar la habitación para no resolver jamás el acertijo y usarla como su nueva casa.

Nuestro pasante subpagado, quién por cariño llama a nuestra oficina su propio Escape Room, aprovechó su momento del almuerzo para entrevistar a Peña: “Quiero aclararle a todo el mundo que esto no es una invasión, como muchos piensan. En verdad vine a Escape Caracas para divertirme descifrando todo, pero en el tiempo que pueda, pues; o sea, no hay apuro. En estos momentos estoy en la habitación del Asesinato de Arciniegas, y la verdad es que sí me da miedo, pero no tanto como el costo de una habitación en Altamira. Así que me pongo cómodo y me estoy tomando todo el tiempo del mundo para resolverla, y mientras tanto, pues vivo aquí. De repente para navidades ya estoy listo y me mudo a cualquiera de las otras salas, pero por ahora el plan es pasarla bien y criar a mis 15 hijos aquí”, comentó José antes de taladrar una pared para guindar los anillos de su hamaca.