Esta semana, el chavismo decidió disfrazar a Jorge Arreaza con una peluca negra, una blusa blanca y un rosario en el cuello para convertirlo en un imitador de María Corina Machado. Esta medida viene en el marco de desesperados esfuerzos por parte del oficialismo de aprovechar la popularidad de la líder opositora y atraer público a las marchas del PSUV, que actualmente están más vacías que un concierto gratuito del Potro Álvarez.

Gracias a esta ingeniosa medida, el chavismo logró aumentar el número de asistentes en su más reciente marcha en la ciudad de Acarigua, donde consiguieron aglomerar a siete personas, cinco de ellos empleados de la agencia de eventos que les alquiló el sonido, una miliciana y un señor que iba pasando por la calle. En el evento, Arreaza se acomodó la peluca, juntó las manos y se dirigió a la audiencia: “¡Compatriotas! Aquí estamos con ustedes, recorriendo pueblo por pueblo, yo sé que muchos de ustedes estaban esperando ver a María Corina Machado, pero ¿ella podría hacer esto? ‘Tsamina mina, eh, eh, waka waka, eh, eh, tsamina mina, zangalewa, this time for Africa’”, aseguró Arreaza, mientras movía sus caderas con pasión con la esperanza que le den un ministerio aunque sea.