"Deformismo" el novedoso movimiento artístico del pintor del mural de Yulimar Rojas

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"Deformismo" el novedoso movimiento artístico del pintor del mural de Yulimar Rojas

El mural de Yulimar Rojas en Mérida, una obra de César Belandria, ha sido considerado por críticos y conocedores de las Bellas Artes como una espantosa exquisitez que da inicio a una nueva ola del arte contemporáneo. Junto al “Tigre en Sobredosis de Perico” expuesto en la autopista Francisco Fajardo, estas obras dan inicio al Deformismo, un movimiento que toma la realidad de los adentros y los afueras de un país y la plasma sobre el lienzo enfatizando sus rasgos más mierderos para dar con imágenes que podrían estar mejor expuestas en los baños de alguna discoteca del centro.

En pleno auge del Deformismo ambos artistas indagan en lo más profundo del infierno para encontrar los seres más horrosos que jamás se han visto, y a través del color, la forma, el espacio y el pupú de perro convertirlos en piezas que pueden hacer arder los ojos de cualquier mortal. Sin dudas, el Deformismo entiende la visión de los que hoy se sientan en las sillas más importantes del país y de las areperas más lujosas de Las Mercedes. Ese surrealismo con el que este movimiento artístico toma imágenes importantes para el sentir de una nación y las transforma en dolor, sufrimiento y arcadas para todo el que aprecia la obra, habla muy bien de sus ejecutores y de la pretensión artística que quieren inyectar en los cerebros de los venezolanos. El francés-venezolano Jaques Miguel Gusteau-Chirinos, crítico de arte y adicto a los cuellos de tortuga, dedicó en su blog “El Sommelier de la Pintura de Caucho” unas palabras al polémico mural: “Me quiero matar, aaaaaaaaaaaa, mis ojooooos, me dueleeeen, pásenme una pistola, no aguanto más el sufrimiento, ¡Ni cuando entré al cuarto de mi abuela sin tocar la puerta vi cosas tan horrorosas”, sentenció muy firmemente el crítico desde su penthouse heredado de su abuelo en Los Palos Grandes.

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