La profunda crisis que atraviesa Venezuela ha causado una considerable disminución en los conciertos de rock del país obligando a Roberto Zambrano, un joven metalero, a hacer una olla mientras escuchaba una música peruana en una plaza.

“Para mí el rock lo es todo. Oír el rugido de las guitarras eléctricas, esa batería que electrocuta el cuerpo o el bajo que marca el tiempo de una melodía, es una forma de vida. Pero ninguna banda quiere venir ya. Ni en concierto de Gobierno. Rolling Stone visitó toda Sudamérica menos Venezuela ¿Sabes qué es eso? Van hasta a Uruguay ¿qué tiene cuántas personas? ¡Un coño! Aquí hay muchos más amantes del rock. Peor es Metallica que alguna vez vino y ahora solo pasa por Brasil. Ni siquiera el rancio de Paul Gillman organiza toques aquí. Es una mierda. Por eso es que me cansé. Conseguí un peruano que se sabe ‘Sweet Child O’ Mine’ de Guns N’ Roses en su flauta de pan. No es lo mismo, pero rock es rock. Hicimos una olla. Estamos locos. ¡Viva el Rock!” aseguró Zambrano mientras le pedía al peruano que rompiera la flauta para ponerle más ambiente al asunto.