Lo que parecía una noche de rumba en la nocturnidad caraqueña terminó en desgracia. Guillermo Bravo, un joven de 33 años, disfrutó sus últimos momentos de tener su cuerpo erguido bailando hasta abajo al ritmo del grupo de reggaeton Plan B. Sin embargo, no todo pudo ser perreo, celebración y ron a sobreprecio, pues, al momento de pegar las nalgas al piso, su espalda cedió al dolor y justo en ese momento, Bravo, se dio cuenta que volver a subir le iba a tomar un tiempo prudencial. Según informaciones médicas, se espera que el treintañero vuelva a subir en un plazo de seis meses o capaz, un año, un tiempo de recuperación que a su edad, es bastante lógica, puesto que su cuerpo no está para esos trotes.