El Departamento del Tesoro de los Estados Unidos sigue sin descansar en sus medidas para presionar al gobierno —o no gobierno, ya ni sabemos, porque estamos confundidos— de Nicolás Maduro, al sancionar a nuevas personas relacionadas a él, como fue el caso del señor Jorge Manuel Flores, un kiosquero de el Boulevard de Sabana Grande, quien al recibir la noticia de que ya no podrá establecer ningún tipo de relación con los Estados Unidos, se enteró que es familiar lejano de la primera dama, Cilia Flores. 

Como es usual, enviamos a nuestro pasante subpagado a Sabana Grande para traernos el café de la mañana, una nevera para la sala de conferencias que jamás usaremos y las declaraciones del señor Flores: “ Ya va ¿que yo soy familia de Cilia Flores? Eso sí que no me lo esperaba, ¿o sea que nunca podré ir a los Estados Unidos, ni ir a Orlando a visitar a Mickey, Minnie y Chuer (sic)?. Yo nunca he tenido ninguna relación con la familia de esa señora, de hecho jamás me han invitado a ningunos quinceaños ni nada por el estilo, porque si hay una forma de saber si eres familia de alguien es si invitan al quinceaños o te piden plata de repente. Además si yo fuese familia, ¿entonces no tendría millones de dólares en unos bancos del caribe, que sirven de paraíso fiscal para jamás justificarlos ante la ley y que me sirvan de trampolín para en un futuro salir airoso de todo proceso legal y vivir mi vida como si no hubiese contribuido con todo la corrupción venezolana?”, finalizó el señor Flores mientras le preguntaba a nuestro pasante si había forma de cambiarse su apellido y el de todos sus hijos.