En una rueda de prensa llevada a cabo hoy en el salón de belleza Stefano’s, Tibisay Lucena, presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), realizó una serie de anuncios con respecto a las venideras elecciones parlamentarias. Allí, para no perder la costumbre, aprovechó y le recordó a los partidarios de la oposición su sueldo en dólares, para desmotivarlos un poquito más.

«Yo que ustedes el día de las elecciones me quedo en mi casa llorando. Porque, de paso, nada de lo que hagan puede cambiar eso. Nada»

–Tibisay Lucena

Después de mostrar las fechas de las elecciones internas de la Mesa de la Unidad y el Partido Socialista Unido de Venezuela, Lucena dijo que «a los partidarios de la oposición el CNE les brindará apoyo para que realicen sus primarias y sus cositas esas tan cuchis que hacen. No el máximo apoyo, eso es sólo para el PSUV, pero tranquilos que los ayudaremos. Claro, otra cosa será el día de las parlamentarias. Ah, por cierto, tengo unos daticos interesantes por ahí. Hoy el dólar paralelo alcanzó los 200 bolívares. Eso quiere decir que para que su sueldo pase de 1.000 dólares, deben ganar 200.000 Bs. Y que si su sueldo es mínimo, apenas ganan 28.11 dólares al mes. No, nada, no es pertinente al tema que nos compete ni nada de eso, pero bueno, me provocó decírselos; ustedes verán que hacen con esa información. Era solo un pequeño inciso, para que se pongan a pensar, ¿no? Para que se llenen de alegría y energía, mis queridos» dijo Lucena mientras le decía a los presentes que al fondo del salón habían unas servilleticas desechables para que se secaran las lágrimas.

Pero Lucena no terminó ahí. Inmediatamente después, la presidenta del CNE dio su impresión sobre temas como la escasez: «lo peor no es solo la parte de los dólares, es que además no se consiguen las cosas. Es desmoralizante la situación, ¿no? Al menos para ustedes, los que ganan en bolívares. Muy triste, de verdad. Yo que ustedes el día de las elecciones me quedo en mi casa llorando. Porque, de paso, nada de lo que hagan puede cambiar eso. Nada. Ay, ya, tampoco así, dejen de llorar. Ahómbrense» concluyó la rectora.