Para algunos el sueño americano es tener casa propia, carro y familia, pero la situación económica en el país ha obligado a muchos a conformarse con un sueño un poco más humilde. Este es el caso de Andrés Jiménez, un joven que llegó al país norteamericano con parole humanitario hace dos meses, y que tras ser detenido por verse sospechosamente latino, cumplió el sueño americano de verse lo suficientemente blanco como para que el policía sólo lo golpeara con la mano abierta, y no cerrada como con el resto de minorías.