Durante la tarde de hoy la señora Carmela Guzmán se rehusó a hacerle cariñitos a Chispita, una poodle recién adoptada por su hija, por el simple hecho de que el perro tiene un pasado chavista. De acuerdo a la señora Guzmán, Chispita habría votado por Pugo Chávez en las elecciones caninas del 2012.

Hablamos con la señora Guzman, quien reconoce que normalmente consentiría a cualquier perrito que le pase por enfrente, pero que con Chispita simplemente no pudo: “Mira yo soy amante de los animales, que no quede duda. Perrito o gatico o pajarito o pececito, lo que sea, eso me da una cuchura increíble. Pero hay que saber poner límites. Puede que Chispita ahora se considere de oposición, puede que ladre si llega a ver a Maduro en la cadena, se hace pupú en el Ultimas Noticias, pero eso no me hará olvidar ¡NUNCA! que tiene un pasado oficialista cochino. Lo juro por este puño de cruces. Mi hija pudo haber adoptado a cualquier otro perrito de la calle, pero ¡no! Tuvo que agarrar el más problemático. Yo no quiero a ningún perro chavista en mi casa, no me importa que se haya cambiado de banda. ¡Chavista es chavista!”, exclamó la señora, mientras hacía un esfuerzo sobrenatural para torcerle los ojos a Chispita, quien se acercaba meneando la cola y trayéndole una pelota.