Treintañero que se agachó dice sus últimas palabras
Gabriel Plaza, hombre de 31 años, totalmente hecho y derecho, reunió a todos sus allegados, familiares y compadres para ofrecerles las últimas palabras de su vida luego de agacharse a buscar un tenedor y darse cuenta desde lo más profundo que pudieron llegar sus rodillas, que sus horas en el plano terrenal como lo conocemos, quedaron contadas.
Con lágrimas en los ojos y un dolor de espalda que lo acompañará hasta el fin de sus días, Plaza habló con pesar a los presentes: “Queridos amigos, familiares y prima Yanitza, los reuní para dar mis últimas palabras en este mundo malvado. Desde acá abajo donde estoy, donde me he topado de frente con la dignidad de las personas que le ponen más azucar al Nestea, quiero decir que me voy con la frente en alto, tullido, pero en alto. No quiero que crean que me eché a morir y no luché contra esta enfermedad porque intenté con el Ibuprofeno con Tiocolchicósido y un masaje de mi esposa, pero hasta los cuidados médicos más avanzados no lograron hacer que mi espalda mejorase y el diagnóstico no sea MORTAL. Algo si les digo: recuérdenme como lo que fui, como aquel de veintitantos que hizo vueltas canela, como el que le dio hasta abajo sin poner ni medio para el servicio y como el que captó la mirada de más de una tía con un vibrante ‘Dale Cintura’… solo así, honrarán la memoria de este ganador de mil batallas”, aseguró Plaza minutos antes de ser ayudado por su esposa para moverse al sofá a reposar un lumbago común.