Una oleada de venezolanos llegó hoy a las puertas de la embajada de los Estados Unidos para solicitar asilo político, luego de hacerse pública la noticia del divorcio de los actores Angelina Jolie y Brad Pitt.

«que Brangelina existiera le daba sentido a mi vida. Uno sentía que cualquier problema era leve, que las cosas perfectas en el mundo sí eran posibles»

–Persona

Alejandro Casales, un joven de 28 años que aún vive con sus padres, explicó que la ruptura de la pareja más perfecta del mundo lo deja en un estado de indefensión que le hace imposible seguir viviendo en Venezuela. “¡Ya no aguanto más! Yo soportaba todas las colas, bañarme con tobitos, la delincuencia, incluso no poder comprar Nutella; pero que Brangelina existiera le daba sentido a mi vida. Uno sentía que cualquier problema era leve, que las cosas perfectas en el mundo sí eran posibles. Ellos hacían que día a día yo abriera mis ojos pensando en quizás me podían adoptar y así ser feliz; pero ya toda esa esperanza se desvaneció, murió irremediablemente. ¡Qué lamentable! Así no se puede vivir, ya no duermo, ya no como, ya no puedo andar por la calle. Quiero irme a Estados Unidos para no seguir viviendo en estas condiciones tan indignas. ¡Es horrible!” aseguró Alejandro Casales, mientras le mostraba al oficial de la embajada norteamericana todos los recortes de revistas que él tenía de la pareja como prueba para que le den el asilo.

Ernesto Azócar, otro de los venezolanos que se encontraban en la embajada, nos dio su opinión. «Yo siempre fui Team Jennifer, pero qué carajo; esta mañana estaba en Facebook viendo los mensajes de un grupo de Venezolanos en Miami y vi que se había abierto esta oportunidad. Si el divorcio de Brad Pitt y la bemba e’ perro esa me sirve para que me den mi asilo, pues venga, fáchil, no lo pienso pelar. Y si no me lo dan, mámense uno bien grande: yo tengo guardados 50 dólares, con eso y los papeles llego allá tocándole la puerta de la casa de unos vecinos de una prima que tienen una tienda y esa gente me tiene que poner a trabajar y zuas, en 3 meses ya tengo mi casota y mi carro, porque todo lo saco a crédito, papá».