7 razones por las que al ir a Lechería dirás "¿Esto es Venezuela?"

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7 razones por las que al ir a Lechería dirás "¿Esto es Venezuela?"

Bienvenidos a nuestra columna de Turismo —esa sección que sale todas las semanas en un día diferente al que debe, como un vuelo de Conviasa.

Sabemos que Venezuela no está en su mejor momento, y que viajar por sus rincones suele ser una aventura llena de riesgos y adrenalina; pero en esta ocasión nos dirigimos a un destino donde se ven casas de tanto dinero, yates de tanto lujo,  que invariablemente te harán preguntarte: “¿Esto realmente es Venezuela?”. Se trata de Lechería, una pequeña ciudad ubicada en el estado Anzoátegui, entre Puerto La Cruz y Barcelona: lo más cercano que existe en el país a Mónaco. Es decir, un verdadero imán para el enchufado.

FICHA TÉCNICA: Fundada en 1535, como San José de Neverí / Uno de los municipios más ricos de Venezuela: tiene el mayor número de yates, jetskis y riquezas mal habidas per cápita de todo el país / Población: 78.784 habitantes, sobrevivientes todos a dos gobiernos de Tarek William Saab y uno de Aristóbulo Istúriz / Por su cercanía con Barcelona (capital del estado), Puerto la Cruz y Guanta, conforma el área metropolitana más grande del oriente de Venezuela / Aunque preferiría tener mejores vecinos / El Morro es uno de los grandes atractivos de la ciudad, al cual suben muchas personas a pie, en bicicleta y en automóvil para tener relaciones sexuales / Por favor, no moleste a los locales: es Lechería sin S.

Pasear por Los Canales de Lechería: Construidos en 1967 con la intención de crear un desarrollo turístico para la región a gran escala, te recordarán un poco a Amsterdam, si Amsterdam fuera una ciudad que en vez de bicicletas estuviera llena de yates donde los enchufados pueden mostrar sus prepagos a diestra y siniestra.

Visitar el Centro Comercial Plaza Mayor: Con su hermosa arquitectura colonial, pensarás que estás en Venecia, por la paz que te ofrece su vista hacia el agua, hasta que salgas al estacionamiento y consigas tu carro sobre 4 ladrillos.

Tener una velada en el Cerro El Morro: Nada que envidiarle a Santorini o a Míkonos. El Morro es el mejor lugar para ver la ciudad, la hermosa bahía de Pozuelos y un sinfín de camionetas último modelo que jamás podrías comprar con un sueldo decente.

 

Quedarte en Las Villas: Apenas entras a esta urbanización, te sentirás como en los condominios de Los Hamptons. Si es que alguna vez buscaste “Los Hamptons” en esas horas de navegación a lo loco en Google o en WIkipedia. Porque con tu presupuesto, lo más probable es que no te alcance para ir a Los Hamptons. O a Las Villas de Lechería.

 

 

Rumbear en El Toque: El comunismo llega hasta las puertas de esta discoteca, famosa por lo costoso que son sus servicios. Es tan, tan, tan exclusivo, que sus rebotadores tienen el superpoder de saber cuáles son las personas que no pondrán nada para el consumo con la excusa de estar tomando antibióticos para prohibirles la entrada.

Pasear en yate por El Faro: Los viernes y sábados son días de El Faro, un lugar que te hará sentir como si estuvieras en Miami: yates, reggaeton, mujeres hermosas y mucho dinero y despilfarro, como suele despilfarrarse la plata que viene fácilmente.

Nunca han tenido un alcalde del PSUV: Este municipio es el único en el país, junto con Chacao, Baruta y probablemente ningún otro, que nunca ha tenido un alcalde del PSUV. Si esto no te hace preguntarte “ya va, de verdad, ¿esto es Venezuela?”, no hay nada en este mundo que pueda hacerlo. De pana.

 

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