El municipio Chacao en la capital de Venezuela, Caracas, se caracteriza por su sobrepoblación de ancianos, de poseer de las pocas plazas del país donde no venden droga y su fuerte desabastecimiento de árboles. En la búsqueda de reforzar la identidad de la urbanización capitalina, el alcalde Gustavo Duque ordenó asesinar a savia fría a un grupo de samanes para ser reemplazados por un precioso mural de unos caobos y así concientizar a la población sobre su abundante flora. 

Gustavo Duque, alcalde, amante empedernido y uno de los tres políticos que quedan en el país que todavía no están presos, explicó esta novedosa medida: “Habitantes de Chacao y gentuza de otros municipios, en el municipio queremos que el medio ambiente sea justamente eso, solo la mitad, por ello mande a picar esos malditos árboles de una buena vez. Es que imagínense lo peligrosos que eran esos árboles que una vez un coronel borracho casi revienta su 4Runner contra uno, ¿cómo es posible? Que irresponsabilidad de parte de esa vegetación terrorista. Así que hago un llamado a toda la vegetación, incluyendo a los desgraciados samanes a que se regresen a su selva y dejen de venir a mi municipio a robar aceras”, concluyó Duque minutos antes de emitir una orden de captura contra un árbol de mango.