En un momento completamente romántico ocurrido hoy en la tarde en Barquisimeto, José y su pareja se dieron un tierno y apasionado beso bajo la lluvia, ignorando por completo que estaban a punto de ser arrastrados por el torrente de una vaguada tropical. 

Conversamos con José Reynado, un joven completamente empapado —y quesúo— que nos habló sobre cómo lo que parecía ser un inocuo beso terminó siendo una aventura que los llevó a aparecer a 5 kilómetros de su casa: “Na guará, que me estaba dando unos besos con la chama mía, después de todo un rollo que tuvimos ahí porque le agarré el teléfono. No, no era por celos, era por pura ladilla, ¡vasié! Le había llevado unas flores, unos chocolates, un pepito —mixto, porque esta puede ser la que es, pues—, le canté una canción de Reik. ¡Epa, era el epítome del romance! Lo mejor que pudo pasar cuando la besé fue esa lluvia que le dio un toque de pasión y drama, algo que le encanta a ella. Epa pero nunca se me ocurrió que podía llegar semerenda tormenta, na guará. Eso nos agarró así locos, desprevenidos, descalzos. Dimos tumbos y tumbos. ¡Yo fui a parar por allá por Cabudare! Por cierto que no sé dónde está ella, espero que me perdone por soltarle la mano”, concluyó Jose, mientras se preparaba para caminar de regreso a casa.