Según investigaciones del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (CICPC), el ajuste de cuentas fue el móvil del chancletazo a traición que una madre identificada como Beatriz García (43) le propinó el pasado martes a su hijo menor Juan José Velázquez (15), por haberle perdido un tupperware.

El comisario Luis Gustavo Pantoja, encargado de las pesquisas, ofreció declaraciones sobre el atroz crimen: “Por las características del presunto suceso, y porque tampoco nos vamos a dar mala vida investigando, ya que ese tiempo lo podríamos utilizar matraqueando o sembrándole evidencias a alguien, podemos afirmar sin averiguar mucho que se trataba de un vulgar ajuste de cuentas. Las pruebas de balística y planimetría confirman que el arma empleada en el suceso fue una chola tipo petrolera, talla 37; el análisis forense permite determinar que el lanzamiento se efectuó con premeditación y alevosía, ya que la herida causada en la nuca de la víctima sugiere una trayectoria parabólica descendente, lo que indica que la chola fue tomada con fuerza en el área del talón y el movimiento del brazo provino desde atrás de la espalda, con un movimiento violento del torso de 180 grados. El reporte de los testigos presenciales nos permite asegurar que con este hecho de sangre el victimario pretendía mandar un mensaje claro a los otros miembros de su familia. Está claro que el móvil del hecho fue pasional: la madre estaba celosa porque sabía que jamás volvería a ver el pote transparente de tapa verde en el que la víctima había llevado su desayuno al colegio; la víctima tenía perdido ese pote transparente desde hace una semana y la madre supo que su amado tupperware se había ido definitivamente con otro”, señaló el comisario Pantoja, que aprovechó la oportunidad para alertar a la ciudadanía sobre el riesgo de botarle los tupperwares a las madres; según sus palabras, esta es la segunda causa de hechos de sangre en la población juvenil venezolana después de la «ingesta de anís y o u derivados».