La familia Gutiérrez siempre se destaca en los detalles familiares, esta vez, querían sorprender a la abuela con un hermoso regalo que no solo fuera una obra de arte sino que también le quitara el antojo de dulce, es por esto que le obsequiaron un chocolate aesthetic de CacaoLab, sin embargo, la belleza de la obra de arte culinaria hizo que a Doña María le fuera imposible probar siquiera un bocado, en cambio, decidió guindarlo en la sala de su casa junto a un Picasso. 

Ana Gutiérrez, nieta de Doña María y encargada de los regalos familiares, contó la historia a la prestigiosa mesa editorial del Chigüire Bipolar para alertar a futuros compradores: “Yo sé que los chocolates de CacaoLab son hermosos, si ponen uno en la autopista seguro la gente lo usaría para tomarse fotos o celebrar caravanas de graduación, pero mi abuela se pasó. El chocolate es para comer, nosotros queríamos que se diera un gustico dulce, no que la sala de su casa pareciera el Guggenheim, pues”, aseguraba Ana mientras su abuela pedía un presupuesto por curaduría artística de chocolates.