La importadora de juguetes Lesierk aplicó una audaz estrategia de mercadeo al lanzar al aire un nuevo comercial de tv en el que revelan que, pasadas las dos horas de juego, los niños se aburrirán del carrito a control remoto que ofrecen.

El gerente de mercadeo de Lesierk, Aaron Benda, explicó que la decisión de sincerar la publicidad respondía a un proceso evolutivo de la marca. “Nos cansamos de estarle diciendo a los niños que si se compraban este o aquel juguete iban a tener felicidad para toda la vida. Nuestros juguetes no son mejores que un videojuego, un trompo o un yoyo y los consumidores merecen saber la verdad. Trataremos a los niños como lo que son: pequeños entes que nunca están satisfechos con sus posesiones, engendros que cuando satisfacen su necesidad se aburren inmediatamente” explicó Benda.

“Al carrito del comercial hay que meterle como 10 pilas y no puede rodar a más de 2 metros de distancia porque la señal del control remoto no llega. No tiene pantalla táctil, ni sensor de movimiento, ni aplicaciones descargables, ni nada. Entonces decidimos decirles la verdad a los niños: sacarán el carrito a control remoto de la caja, pasarán dos horas jugando con él y luego lo dejarán abandonado en algún rincón de la casa”, afirmó el gerente de mercadeo de Lesierk quien confesó que “El Monstruo Trepatodo” será una gran decepción para miles de niños en el país.