La depresión colectiva causada por la crisis política en que se encuentra el país, y que se ha exacerbado por los recientes apagones, ha llevado a los venezolanos a tatuarse lágrimas en la cara para ahorrar sus lágrimas.

«La verdad es que es muy difícil no verse afectado mentalmente por todo lo que está pasando y por lo que no está pasando también»

–Erwe Von Esse

Erwe Von Esse, director de Chigüianálisis, la prestigiosa firma de sondeo estadístico —de 9 a 2, y todo el resto del día abasto de productos importados— nos habló un poco del nuevo fenómeno de ha llevado a la gente a adornarse el rostro con lágrimas de tinta: “La verdad es que es muy difícil no verse afectado mentalmente por todo lo que está pasando y por lo que no está pasando también. Pero la vida continúa; y los venezolanos han optado por esta moda para no gastar lágrimas en vano, porque saben que en el futuro pueden necesitarlas. Un 97% de los venezolanos sufre de depresión clínica, tanto que si un dementor intenta chupar su alma, se enferma y muere; el otro 3% es chavista y no entiende nada o sólo quiere su caja CLAP. Por eso los venezolanos han optado por tatuarse una lágrima en la cara, porque es imposible llorar tanto por todos los problemas que pasan, además no sirve llorar en la ducha porque ponen solo 5 minutos diarios en los edificios y en el fondo hay que economizar hasta las lágrimas, porque llorar consume calorías y esas no abundan”, aseguró Erwe Von Esse mientras nos vendía 2 Nutellas por 10$.