Felipe Ramírez, un joven de 23 años, asistió este miércoles a la primera misa de Cuaresma de este año para aplicarse la cruz de ceniza en la frente que le permitiría disimular, ante todos sus conocidos, todas las cochinadas que hizo durante el puente de Carnaval.

Nuestro pasante subpagado, quien también es monaguillo —a pesar de su pasado comprobable en la santería–, recogió las declaraciones del joven Ramírez al salir de la iglesia: “Bro, tú sabes que yo soy burda de católico desde el colegio y coño de alguna manera tengo que boletear menos que pasé que si todo el carnaval bebiendo, fumando y tratando de cuadrar una orgia party con mis panas en Chirimena; pero tu sabes, puente es puente y allí todo vale. Al final uno viene a la misa a redimirse de sus pecados, como meterle a la chama más fea del grupo o esperar que el pana más gafo se duerma para tatuarle un pene en la espalda, pero sé que Cristo me perdonará si me arrepiento”, sentenció Ramírez mientras buscaba su biblia azul para hacer un cigarrillo de marihuana.