En un esfuerzo por demostrar que ecológicamente no ha habido nadie mejor que ellos, el Gobierno liberó ayer un importante cargamento de petróleo crudo que se encontraba en cautiverio en las playas de Boca de Aroa, en el estado Falcón, para cumplir sus promesas ambientalistas e intentar salvar a este especie en peligro de extinción.

El gobierno venezolano designó al Ministerio del Ecosocialismo y a PDVSA para realizar la actividad este fin de semana. Uno de los consultores del Ministerio, Juan Pinto, nos contó más sobre el hecho: “Este delicado y precioso recurso no debe ser menospreciado, o botado por ahí inconscientemente, no son unas medias de regalo de Navidad. Este exquisito hidrocarburo no pertenece a las plantas de petróleo, pertenece a la maravillosa naturaleza. Imagínate cómo se deben sentir en ese espacio cerrado, oscuro, sin ventanas, sin nadie que los visite, nadie que los cuide, casi como un preso político, vale. Si a tí te está costando la cuarentena y te sientes atrapado en tu apartamento sin internet, imagínate a este pobre crudo. Nunca ha visto el sol. Por eso decidimos liberar miles de litros a las aguas de Falcón, que es tan clarita y hermosa, y ¡mira qué feliz estaba que se agarró como cuatro kilómetros de las orillas! Es realmente muy reconfortante devolver el petróleo a su hábitat natural y verlo navegar feliz con sus nuevos amigos, los peces. Nada ni nadie debería estar en un cautiverio así. Al menos que se lo merezcan”, concluyó Pinto, antes de lanzar pitillos de plástico al agua porque “aquí ya no quedan tortugas”.