Espíritu de la Sabana pide más información sobre enfermedad de Chávez

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Espíritu de la Sabana pide más información sobre enfermedad de Chávez

Atormentado por una enorme demanda de peticiones y promesas a cambio de interceder por la salud del presidente, el ánima de Palmasola, un conocido espíritu de la sabana, se comunicó -a través de un médium- con el mundo terrenal, para solicitar información sobre la enfermedad que aqueja al presidente.

«Me han contactado incesantemente, que si ‘ánima de Palmasola, ¡no nos abandones al nieto de Maisanta!’ o ‘ánima, ánimita, si me curas al presi te prometo que no voy a comer chimó por un año entero’, o incluso algunos más radicales, los que me dicen ‘te prometo que no voy a fornicar por cinco años si nos traes de vuelta al comandante sano y salvo’. Oye, uno podrá ser un ente espiritual, una entidad ectoplásmica, pero coño, sin información es muy arrecho. Tengo que saber qué es lo que tiene el tercio este, para ver si lo que lo aqueja lo cura uno con una pepa e’ zamuro o con unos ramazos o unos buches de ron» nos afirmó el ánima a través de la señora Magalys, una conocida curandera/medium/cuidadora de niños/vendedora de suspiros de Calabozo, estado Guárico.

Luego de echarse 25 buches más de aguardiente y de vendernos un collar de casco de burro curado con agua serenada, que supuestamente es muy bueno para proteger a los chigüires en Semana Santa, la señora Magalys prosiguió con su comunicación interdimensional, hablando de nuevo el ánima de Palmasola a través de ella: «Yo no tengo ningún problema en ayudar a Chávez, chico, su familia es clientela desde hace más de un siglo. Ya una vez a un bisabuelo de él le eché una manito con una jodía de una barriga y unos cachos, con una mujer que tenía por allá por Apure. Pero uno no puede obrar así a lo loco, a ciegas, porque capaz que le mando un rezo que no es o una energía que termina más bien embromándolo, no vaya a ser que termine con un tuyuyo o una cosa rara. Así que hago un llamado, a cualquiera de los seguidores que ya me tienen el inbox lleno con súplicas y promesas: si alguno de ustedes sabe qué carajo es lo que tiene, dígamelo. Así podemos trabajar con una base científica» dijo el ánima, segundos antes de desvanecerse, casi tan rápido como desaparecieron los 800 bolívares que nos cobró la señora Magalys por la sesión espiritista y los collares.

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