Francisco Pérez, un señor caraqueño de 43 años, compró hoy en el Excelsior Gama de Los Palos Grandes un tubo de Pringles muy costoso, sólo porque se ofendió luego de que la cajera le advirtiera que eso que iba a comprar era caro.

«¡Claro que me compré las papas! Esto sé que me arruinará las finanzas por los próximos 3 meses, pero qué carajo»

–Francisco Pérez

Nuestro pasante subpagado logró acceso en exclusiva a la noticia, ya que se se encontraba en el supermercado matando tigres como bolsero: “El señor se puso como un energúmeno, fue increíble. Gritaba que eso era una falta de respeto, que la pobre Yusneidystzaida estaba ahí era para cobrarme, limarse las uñas y gritar ¡claveee!, no para andar diciendo que si algo está caro o no, que aunque él tuviera cara de pelabolas y presupuesto de pelabolas y cuenta de ahorro de pelabolas y tarjeta de crédito de pelabolas él no era ningún pelabolas, así que gritó que se dejara de guevonadas y qye le vendieran sus Pringles. ¡Hasta gritó que le pusieran dos, pero cuando no le alcanzó, tuvo que dejar el segundo tubo!» afirmó nuestro pasante subpagado, mientras se robaba una bolsa que podía servirnos —o no— en el baño de la oficina.

Luego de esto pudimos hablar con el señor Pérez, que aseguró que no se arrepentía de su actitud en el supermercado, pero sí de haber comprometido sus próximas tres quincenas en la compra: «¡No joda! ¡A mí se me respeta! ¡Claro que me compré las papas! Esto sé que me arruinará las finanzas por los próximos 3 meses, pero qué carajo. Cualquier cosa me mudo con la vieja” dijo el señor Pérez, mientras le quitaba el puesto de bolsero a nuestro pasante para pagar el estacionamiento.