Venezolano feliz porque lo atracaron en la playa más bella del mundo

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Venezolano feliz porque lo atracaron en la playa más bella del mundo

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Rubén Castro, un venezolano de 29 años, fue atracado y secuestrado el pasado Lunes 14 de Enero por un grupo de delincuentes en la playa de Puerto Cruz, ubicada en la isla de Margarita. Luego de ser despojado de su teléfono celular, dinero en efectivo y camioneta, Castro aseguró sentirse feliz porque al menos su robo ocurrió en una una de las playas más bellas del mundo.

“Lo que pasó es que estaba en mi toldo y me quedé viendo a una caraja que estaba buenísima. Tú sabes que las venezolanas son las mujeres más hermosas del planeta, entonces nada, me le quedé viendo y cuando volteé, me tenían encañonado. Eran tres muchachos, uno llevaba una empanada de cazón: nuestro maravilloso plato como ningún otro. En fin, me arrastraron hasta mi propia camioneta mientras me amenazaban con un bisturí de diamante –que tu sabes fue inventado también por un venezolano– y allí, desde el carro, pude ver lo beneficiados que somos los venezolanas: una hermosa playa con un glorioso atardecer, casi tan bello como nuestros picos nevados. Pero volví a la realidad cuando sentí el frío filo del bisturí en mi cuello, me imagino que así se sentirá Limardo en cada una de sus competencias. ¡Nuestro orgullo patrio!” Relató Castro mientras disfrutaba del clásico “chalequeo” venezolano que mantenían los policías que tomaban su testimonio.

Luego de que le hurtaran su carro, Rubén quedó solo por cinco días en una montaña al norte de la isla. Pero antes de huir, los delincuentes le dejaron varios moretones y, como alimento, el mejor cacao del mundo: el venezolano. “Sí, solo me dejaron unos cuadritos de chocolate. Menos mal que era el de acá, que es el mejor de todos. Me recordó por momentos a mi época de estudiante en la Universidad Central de Venezuela, mi bella Alma Mater, Patrimonio de la Humanidad; recuerdo cuando iba a comprar chucherías y eso, pero nunca podía llegar porque estaban quemando algún autobús y no había extintores en todo el lugar. En fin, al quinto día de estar amarrado llegó la policía local y bueno, tu sabes que el venezolano es muy llano, me explicó que debía llevarme detenido porque mi camioneta estaba vinculada a un tiroteo que sucedió hace dos días en Pampatar y me llevó a la cárcel” Culminó Castro, sonriente porque acababa de inscribirse en el extraordinario Sistema de Orquestas Penitenciarias de la Cárcel de San Antonio.

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