Representantes del gobierno venezolano y una parte de la coalición opositora acudieron hoy a la sede de la cancillería para definir la manera en la que se entrarán a coñazos en el futuro. Las conversaciones determinarán cuáles serán sus próximos excesos verbales y cuántos muertos tendrá cada bando.

Para la oposición, esto no debe confundirse con diálogo real. «Simplemente estamos tanteando qué tanto piensan ellos fingir que nos escuchan mientras continúan cometiendo abusos contra los Derechos Humanos. Estamos claros que si nos llama parásitos en alocuciones oficiales no están dispuestos a ser comprensivos y racionales. Pero ya sabes que uno no puede comenzar a trancar calles en zonas residenciales y lanzar piedras sin pasar protocolarmente por esta formalidad y establecer cómo es que vamos a continuar cayéndonos a golpes», aseguró Ramón Guillermo Aveledo, Secretario de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD).

Por su parte, el Canciller de la República Elías Jaua, afirmó que no cree que hayan cambios en los términos de la coñaza. «Hoy sólo nos estamos reuniendo para recordarles a los parásitos de la burguesía que nosotros continuamos teniendo todos los poderes, los reales, las mujeres, los organismos de defensas, los puestos importantes y los penes más grandes. Nos gusta hacerles ver que seguiremos siendo unos mamagüevos, que ignoraremos sus necesidades y que haremos lo posible para que la parte de la población que nos siga los odie para que podamos tener a quién echarle la culpa cuando algo nos salga mal», expresó Jaua mientras torturaba un pollito con ébola que había traído la MUD como ofrenda de paz.

Sectores opositores radicales así como chavistas han respondido con muchas quejas a esta iniciativa, pues el diálogo es contrario a sus deseos de que la mitad del país desaparezca de forma física, espiritual y metafísica.