Luego de girar, caballo del Escudo Nacional llega a su destino: Colombia

Nacionales

Luego de girar, caballo del Escudo Nacional llega a su destino: Colombia

El majestuoso caballo blanco del escudo nacional, que cambió de sentido en el año 2006, finalmente arribó a su destino: la ciudad de Bogotá, Colombia.

Logramos entrevistarnos con el rocín en un elegante café en la “Zona T” de Bogotá, allí nos explicó las razones de su huida. “Desde 1836 he estado tratando de ir a Bogotá y no podía porque estaba galopando con la mirada al Este, eso me hubiera llevado a Guyana o Guyana Francesa y nadie quiere ir para allá, ni siquiera los que viven allá saben dónde están. En fin, en aquella época acababa de dividirse La Gran Colombia y yo me quedé como un pendejo en Venezuela, y no en Colombia. ¡Bien bonito! Yo soy un caballo digno, blanco, hermoso, con el dueño más respetado de toda Sur América: Bolívar. Recuerdo que penas me quedé unos días en Apure y unos llaneros intentaron violarme. Allá esa gente tiene unas manías raras con las burras y las chivas, no me gustó nada, necesitaba irme.” Comentó el caballo muy afectado mientras le ponía Splenda a su café, ya que se está preparando para una posible aparición en el escudo nacional colombiano.

El corcel pasó a detallar el momento de su inmigración. “En el 2006, finalmente me cambiaron el rumbo hacia la izquierda y no puedes creer la emoción que sentí. Coincidió con el período cuando el país se estaba empezando ir a la mierda, fue el momento perfecto pues las inversiones de los propios empresarios venezolanos me acompañaron… ¡Paticas pa’ que te tengo! Corrí como si no hubiera mañana, como si el mismo Bolívar y sus cortas piernitas estuvieran allá en Colombia, esperándome. Cuando llegué a la frontera me pidieron el pasaporte y tuve que mostrar uno falso, porque si hubieran sabido quién era no me hubieran dejado salir. Pues nada, apenas llegué pedí asilo y me lo asignaron. Acá estoy muy bien, al país le está yendo de maravilla, una economía fuerte y por fin puedo utilizar mi herencia millonaria en unas buenas inversiones exentas del riesgo expropiatorio. Ah, también compré una casa apenas llegué y conocí a una hermosa modelo colombiana, planeamos casarnos en diciembre y quién sabe si hasta tengamos unos retoñitos.” Explicó muy feliz el caballo con un leve acento neogranadino.

PUBLICIDAD