La gorra tricolor, un símbolo tomado en la campaña presidencial de Henrique Capriles Radonski y ahora arrebatada por el chavismo, no tuvo otra opción que ir a casa de sus abuelos mientras Maduro y Capriles se peleaban.

Desde una habitación en casa de su abuela y arropada completamente, la gorra manifestó su incomodidad sobre la situación que está pasando con ella. “Ya me estaba acostumbrando a vivir con Capriles, ya me sacaban a pasear a hablarle de progreso a señoras en las plazas, ya hasta había empezado a ignorar la falta de oratoria de mi Henrique, y ahora viene Maduro y me dice que me tengo que ir a vivir es con él. ¡No! Yo quiero quedarme con Capriles, él me lleva a Bogotá y Aruba, en cambio con Maduro voy es a pasar roncha en Cuba… allá ni tienen papel higiénico”, declaró la gorra tricolor quien evitaba tocar sus costuras nuevas, que forman un bordado que dice “4F.”

“En el lado positivo, al menos recibiré dos regalos en Navidad. El fastidio es estarse cambiando de casa los fines de semana y en las celebraciones. Pero nada, me tendré que acostumbrar. También al menos tengo una excusa cuando salga mal en el colegio; nadie le dice nunca nada al niño de los papás divorciados en el salón”, comentó la gorra tricolor, cuya situación era irrelevante para un malandro que estaba matando a su víctima durante un robo por un teléfono celular.