Este jueves se hizo pública la existencia de una cuenta con miles de millones de dólares en Suiza, que estaría a nombre nada más y nada menos que de una de las mesitas de noche que tenía Chávez en su mansión en Palo Negro, estado Aragua. Fuentes extraoficiales aseguran que la mesita fue capturada mientras intentaba escapar haciéndose pasar por una mesa corriente de Mariara, y al momento de la publicación de esta nota iría en un avión rumbo a los Estados Unidos para ser presentada ante el juez federal que investiga este caso.

Segundos antes de ser extraditada, nuestro pasante subpagado logró escabullirse entre los guardias nacionales que custodiaban a la mesa para examinarla; en sus gavetas encontró un Lubrix, unas cartas a Bolívar y también un cortauñas sin filo —lo sabe porque intentó cortarse las uñas—. La segunda gaveta no pudo abrirla, porque como buena mesita de noche, después de un tiempo se atasca con alguno de los 500 peroles que se le meten adentro y deja de servir. Después de hacer la revisión pertinente, a lo lejos nuestro pasante pudo escuchar como un guardia decía: “¡qué bolas que esta pedazo de mesa tiene más plata que la que uno soñaría con ver en su vida, y eso que si alguien ve plata en la vida es un Guardia destacado aquí en el aeropuerto! Lo irónico es cómo cambia la vida, esta mesita de noche después de haber tenido tantos millones no va a aguantar una noche en una cárcel federal, donde habrán guacales y mesas hechas con tablas y ladrillos. Al menos así caída en la desgracia y todo tiene más suerte que las mesas de noche de Maduro, que lo más que le han metido en las gavetas son empanadas de pabellón”, finalizó el guardia mientras se quedaba con el Lubrix porque —según él— estaba intacto.