Como un ingenioso recurso de última hora, el abogado penalista perteneciente al bufete Luxor Asesoría Jurídica & Legal & Asociados & Socios, Gregorio Pérez, ideó un argumento infalible inspirado en las cientos de madrugadas que pasó viendo el show “Law And Order” para poder graduarse de la universidad. Pérez argumentó frente al jurado que su cliente, un testaferro acusado de corrupción y lavado de dinero, no puede ser culpable porque “ladrón que roba ladrón tiene mil años de perdón”.

Tras dejar a todos en el estrado boquiabiertos con su argumento, Pérez continuó: “Así como escucharon, basándonos en la sabiduría milenaria, mi cliente, quien simplemente es culpable de robarle dinero a funcionarios que han malversado fondos públicos, no merece la carcel, merece el perdón eterno, o al menos, cien años. Además, en todo caso, ¿quién es realmente culpable de todo eso? Les recuerdo que camarón que se duerme se lo lleva la corriente, ¿qué hacía la supuesta víctima de este crímen mientras mi cliente se quedaba con el dinero? Seguramente distraído, jugando pádel como todos los enchufados en este país. El que se va de silla pierde su silla, como dirían los sabios”, argumentó Pérez, antes de que su cliente fuera condenado a cadena perpetua por corrupción, lavado de dinero, y como cargo adicional, traición a la patria.