El primer mandatario nacional y la única persona que cree que la esdrújula es la que da el norte, Nicolás Maduro, ordenó dar inicio al gran plan Furia Bolivariana con el propósito de detener cualquier «intentona golpista» por parte de personas que sepan diferenciar entre un diptongo y un hiato, en su mayoría profesores.

Durante el Congreso de la Nueva Época –otra excusa para bailar salsa frente a las cámaras– realizado en Caracas, Maduro afirmó: “Vamos a activar el gran plan Lamento Boliviano y vamos a ir barrio por barrio, calle por calle y nevera por nevera, para enfrentar cualquier intentona terrorista y empanadas de queso golpistas mal paradas que encontremos en nuestro camino, ¿verdad? Este es un plan cívico, militar, aerodinámico, interespacial, multidimensional, antieducativo y futurista para luchar ante cualquier agresión contra la paz, como la que generan esos maestros imperialistas que salen a la calle a exigir sueldos capitalistas para poder comer más de dos veces al día, como los burgueses, con sus avanzados conocimientos del abecedario. ¡No lo permitiremos! ¿Eh? Mantendremos la paz disparándoles perdigones que cuestan cien veces su sueldo a cada maestro que se queje por el inexistente salario”, concluyó Maduro, mientras anunciaba también el gran plan Tártara Bolivariana para cambiar el agua potable por salsa tártara en todo el país.