El día de ayer el gobierno venezolano anunció vía Twitter —para evitar contagiarse de Maduro— que suspenderá todos los dos vuelos internacionales que llegaban al país como medida preventiva del COVID-19. La medida causó estragos en algunos trabajadores como los secuestradores de medianoche en La Guaira.

La pandemia que ha recorrido el mundo, cerrado fronteras y obligado a familias a hablarse entre ellos para que se dieran cuenta que no se caen bien, hizo que el ministro de Transporte Acuático, Aéreo y de Teletransportación, Freddy Borges reaparezca de su cuarentena en un lujoso penthouse de siete pisos para ofrecer declaraciones acerca de la suspensión de los vuelos. «Hay que dar la cara frente a una adversidad como esta. Por suerte, teníamos el trabajo adelantado. Ya habíamos cancelado los vuelos de TAP después del peo de Guaidó, además de no tener viajes directos a Estados Unidos ni a otros 155 países del mundo. Pero ya, decidimos cerrar la totalidad de los dos otros vuelos que llegaban a Venezuela. Entiendo que a muchos le molestará esta medida, pero lo hacemos por el cuidado de nuestra población. No se preocupen, las personas que se quedan sin empleo temporalmente por la medida como los secuestradores de la autopista, recibirán un bono de $5000 mensuales para compensar por los trabajos que no podrán realizar», declaró Freddy al momento de irse a su casa en una avioneta privada.