Al momento de abrirse la urna del Libertador, los científicos forenses hicieron un descubrimiento que sorprendió a todos: Dentro del sarcófago encontraron los restos del bolívar; un sencillero de billetes de 100 y fuertes de 5 bolívares de los cuales no se tenia registro desde hace un buen tiempo.

“No entendemos cómo llegó ese pichachero al sarcófago”, confesó la Fiscal Luisa Ortega Díaz. “No existe un registro de que un camionetero haya abierto la tumba, es muy extraño. Estamos manejando la hipótesis de que detrás de esto está la CIA”.

Luego de meterse discretamente un fuerte viejo en el bolsillo, el teniente Juan Carlos Ramírez, encargado de la exhumación, confirmó que los restos eran del Bolívar. “Creo que no exagero si le pido a los presentes que rindamos los respetos debidos, con un minuto de silencio. Estos restos que vemos aquí son el símbolo de una época mucho mejor, una época en la que Venezuela era pionera en toda Latinoamérica. Una época, caballeros, que no volverá. Ya no hacen al Bolívar como antes”. Las sentidas palabras arrancaron lágrimas en casi todos los presentes, con la excepción de algunos que no pudieron ocultar su descontento.

Uno de los que más se desilusionó con el descubrimiento fue el propio Presidente Chávez: “Yo pensaba que iban a estar los restos del Libertador enteritos, chico, papeado y buenmozo como era él. ¡Qué decepción, vale, puro billete viejo, no sé ni que iremos a hacer con eso, esa moneda ya no existe siquiera. Tendré que dárselos a mi nieta para que forre un cuaderno. Imagínate tu, hasta unos tinoquitos coleados hay, de esos que usaba la gente para comprar un ticket de metro… ¡qué tristeza, vale!” declaró con los ojos aguados el presidente de la República, que confesó que lo que más le dolía era tener que ponerse a pensar ahora a quien iban a desenterrar: «¿Será a la Negra Matea?”.

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