El día jueves el Gobierno Nacional conmemoró —no, mejor dicho, celebró, y por todo lo alto— los 11 años de la mejor excusa que le han dado para justificar todos sus atropellos y abusos: el golpe del 11 de abril del 2002.

«Para nadie es un secreto que la oposición ha sido bastante bruta en su accionar, y gracias a eso, pudimos avanzar con paso firme en nuestra conquista de todas las instituciones. Por ejemplo, cuando no acudieron a las elecciones legislativas. ¿Nos deslegitimamos, acaso? No. O cuando aceptaron ciegamente votar por nuestro camarada Arias Cárdenas. ¡Brutos, brutos!» afirmó el presidente encargado, Nicolás Maduro, durante su multitudinario cierre de campaña. «Pero ninguna de sus burradas alcanza al nivel de lo que hicieron el 11 de abril. ¡Coño, cómo nos rindió y nos ha rendido esa vaina! Nos ha permitido hacer de todo, de verdad. Por eso aquí estamos reunidos, para celebrar lo bestia que fue la oposición ese día. Gracias, Carmona. Gracias de verdad. Lástima por lo de los muertos, pero bueno, igual todos nos vamos a morir, ¿no?» exclamó junto a una carcajada colectiva que hizo olvidar por un brevísimo instante el luto que guard… ah no, verdad que ya eso lo olvidaron.

La mayoría de los ministros presentes nos hicieron saber su opinión sobre este tema. «Mira, la verdad es que sí nos ha servido para todo. ¿La oposición se queja porque no hay luz? Ah, pero ustedes firmaron el decreto gorila de Carmona Estanga. ¿Reclaman condiciones justas en las elecciones? Coño, cuando estaban gritando en la tarima ‘¡a Miraflores!’ no se les veía reclamar nada de justicia. ¿Que les duele la inseguridad, que si 600.000 muertos en media hora? ¿Y los muertos de Llaguno? ¿Ves? Es perfecto, puedes usar las mismas frases para lo que sea y se quedan callados. Es más, deberían darnos otro golpecito, eso nos ayudaría bastante. ¿Ustedes se imaginan todo lo que podríamos haber logrado si Carmona hubiera durado dos diítas más? ¡Ufff, a lo mejor ya no tendríamos ni que hacer elecciones; juramentarnos y ya!» nos afirmó, ligeramente prendida, una de las 60 ministras, la que tiene cara de hombre; lamentablemente no recordamos cuál es su cargo. «Fíjate que el otro día en el restaurant usé el cuento del golpe del 11 de abril para que me dieran una botella de whisky gratis. Y no me la cobraron, campeón. Gracias, oposición. ¡Gracias!».