En un acto de mucho simbolismo, un imitador de Hugo Chávez le hizo entrega informal de una réplica de la espada de Bolívar a unos restos simbólicos de Manuelita Sáenz, en el marco de la celebración de la Independencia Aparente de Venezuela. O de algún país que se parece a Venezuela, al menos.

“Hoy en día, nada es lo que parece. Por eso el simbolismo es tan necesario. Por eso simulamos hoy este sentido homenaje, para rendir tributo a quien fuera la Libertadora del Libertador”. Con estas palabras comenzó su discurso Rolando Salazar, comediante venezolano famoso por sus imitaciones del Presidente. “Solemnemente pregunto: restos simbólicos de Manuelita, ¿aceptan esta réplica como una muestra de un cariño que parece pero no es, por parte del pueblo venezolano?” De inmediato un pasante disfrazado de edecán, colocado estratégicamente debajo de la mesa, masculló “Sí, acepto”.

Extraoficialmente pudimos conocer que la Academia de la Historia avaló este homenaje. “Las amantes viven una continua ilusión, por ello, una réplica les viene bastante bien. Creemos que las espadas legítimas deben ir a las esposas legítimas, y las réplicas, bueno, qué carajo, las amantes sabían en lo que se estaban metiendo.”