7 razones por las que amamos a Edgar Ramírez

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7 razones por las que amamos a Edgar Ramírez

Sin importar de que región seas, en Venezuela todos amamos a Edgar Ramírez, todos. Los caraqueños lo quieren más que al Ávila, los maracuchos lo idolatran más que a la Chinita, los de Monagas lo aman más que a sus derrames petroleros y los cojedeños lo adoran más que a su… a su… bueno, alguna mata de mango tendrán ellos en un pedestal. Pero lo cierto es que Edgar, nuestro Edgar, ha logrado algo que ni Nostradamus hubiese podido predecir: ser tan querido como Maite Delgado. ¿A qué se debe este amor descontrolado que sentimos? ¿Es acaso por su reciente nominación al Emmy? ¿Porque nos demostró lo que se puede llegar a ser si nunca se es chavista? ¿O por su capacidad de convertir el agua en vino? Está bien, sabemos que exageramos un poco con esa última, porque Edgar no puede transformar el agua en vino; si él lo hiciera lo transformaría en cocuy de penca porque así es él, patriota.

Lo cierto es que decidimos ponerle trabajo a nuestro pasante subpagado y te traemos las 7 razones de por qué amamos tanto al hombre que hace al Salto Ángel sentir envidia, Edgar Ramirez.

 

Por ser el único venezolano nominado a un Emmy, a un Golden Globe y a una Orquídea de Titanio.

Porque a diferencia de ti, él sí contesta números desconocidos.

Porque es capaz de tomarse una foto en Guatire y hacer que parezca los Alpes Suizos.

Ay chama, por esto que ni te vamos a explicar.

Porque nos reveló el tamaño del pene de Franco de Vita.

Porque se ve bello hasta con pinta de señor que entra en el Metro solo para arrecostarlo.

Porque logró algo más difícil que pagar una carrera de taxi en efectivo: hacer que terroristas y comunistas se vieran bien.

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