Joven se disfraza de pordiosero y termina siendo nombrado Ministro

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Joven se disfraza de pordiosero y termina siendo nombrado Ministro

Carlos Luis Rivas, un joven administrador de 30 años, nunca pudo ni siquiera imaginar que al salir de la fiesta de Halloween de anoche, en la cual arrasó con su disfraz de pordiosero, le iba a cambiar la vida para siempre.

A las 3 de la mañana, luego de haberse tomado doce whiskys, Rivas salió de Colinas de Bello Monte rumbo a su casa en Santa Paula. Ataviado con una chaqueta vieja deshilachada en pedazos, manchada de negro con un corcho quemado, una franela percudida y un bluejean ensuciado a propósito con témpera negra, Rivas se detuvo un pelo en la tienda de la estación de servicio Texaco de Las Mercedes, para comprar una caja de Belmont. Allí, unos tipos se le quedaron viendo fijamente. Se le acercaron y, luego de martillarle un cigarro, lo obligaron a entrar por la fuerza en una camioneta negra, con vidrios oscuros.

«No me maten, pana, allí tengo unas lucas en la cartera, agárrense esa vaina… si quieres nos paramos en un cajero, pero coño, no me vayan a malograr» les dijo Rivas, con la lengua un poco enredada; pero de inmediato, la actitud de los tipos le hizo darse cuenta que no lo estaban secuestrando. «Tranquilo ciudadano, ante todo le queremos dar un saludo bolivariano y revolucionario. Le pido disculpas por el mal rato. Mi nombre es Armando Suárez, mi compañero aquí es Patiño, y somos funcionarios del Ministerio de Secretaría. Estamos cumpliendo instrucciones del señor Doctor Presidente de la República, que nos pidió que saliéramos a conseguirle ministros, porque ya no le quedan muchos. Y tu calzas perfecto en el perfil. Te vamos a llevar a Miraflores, te damos comida y zuas, escoges el ministerio que quieras. ¡Facilito!».

Rivas no daba crédito a lo que escuchaba. Ante su mutismo, Suárez prosiguió: «El presidente probó durante años con los tirapiedras y los reposeros, pero no daban la talla como ministros. Ha coleado algún cubano escondido por allí, pero no es lo mismo, los tipos se vuelven un ocho, y además se le duermen en los Aló Presidente. Por eso ando pegado con los indigentes y recogelatas, les han salido mejorcitos: Garcés, la Ministra de Educación, la tipa que está en el peo este de los auntos indígenas, a todos esos los sacamos de la calle, igual que tu. Verga, este pana si está como tranquilazo. Debe estar hasta el culo de piedra, ¿no, Patiño?»

A su llegada a Miraflores, Suárez y Patiño presentaron al «indigente» ante el presidente Chávez. Este, cuidadosamente, le observó los dientes a Rivas y de inmediato dijo que estaba bueno como para ponerlo en el ministerio de Defensa. «Este es uno de los pendejazos, así me gustan para Fuerte Tiuna. Para que no se pongan a inventar vainas».

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