Brazo e Picó y Careniño están cansados. Este famoso par delictivo termina completamente agotado sus largas jornadas dedicadas al crimen; pero según ellos, el peor momento del día llega cuando se encierran en su guarida a repartirse el botín: dicen que es triste ver delante de la mesa una enorme montaña de devaluados bolívares. Por ello, han decidido comenzar a apoyar, a partir de hoy, la dolarización del país.

«No somos nosotros nada más. Brayan el de la vereda y Tony el Sabrosito también estaban echándole coco a eso el otro día. No puede ser que uno atraque, robe, jibaree, secuestre, estafe, arrebate, tire quietos y que al final del día todo lo que uno vea sean estos piches bolívares de mierda. ¿Qué es eso, ah? Yo te voy a decir: una falta a los respetos. Una falta de dignidá. ¡Dígalo! O en esta mielda nos dolarizamos o esto se jodió pa’l coño» afirmó un compungido Careniño. «Coño, aquí había gente que vivía de su yerro, de la droga, ganándose su vida completica con el crimen. ¿Ahora? Ahora hay choros que tienen que rebuscarse haciendo de mototaxi, de escolta o vendiendo tortas. Esa vaina no puede ser».

«Mira, el mío: la vaina está tan jodía que ha habido malandros —malandros de los de antes, de larga trayectoria— que se han cambiado de trabajo. ¡Ah, pues! ¿No me crees? Vacílate al Wonfri, se lanzó a diputado. Dice que allí se roba más y con menos esfuerzo. Y puede que tenga razón, Wonfri, no te lo discuto: pero coño, si todos pensamos así, va a llegar el día en el que nadie va a querer malandrear. Se va a perder una tradición de hampa seria. Señor presidente, esta vaina no puede ser. Vamos a poner a correr esos dólares, para que nosotros los choros de siempre podamos tener de nuevo dignidá y para que los menores no le pierdan el interés al hampa» intervino Brazo e Picó, mientras bajaba sus penas con un buche de anís.