Para honrar una cuantiosa deuda adquirida por PDVSA ante la empresa minera canadiense Crystallex, un juez federal de los Estados Unidos autorizó la incautación de Maite Delgado, popular actriz y animadora venezolana. Expertos aseguran que este fallo podría desencadenar una carrera entre los múltiples acreedores que el Estado Venezolano tiene para hacerse con el patrimonio nacional en el extranjero para resarcir sus pérdidas, y podría poner en riesgo otros activos venezolanos en Estados Unidos, como Edgar Ramírez, Wuilly Arteaga y Lele Pons.

Luego de ver muchas ediciones de Miss Venezuela —y perder neuronas en el intento— los abogados de Crystallex argumentaron que la animadora es «un bien tangible de Venezuela», y por tanto solicitó ante el juez la acción legal que pone a Maite —nuestra Maite— en sus manos. En palabras del juez Leonard P. Stark, esta acción busca obligar a Venezuela a enseriarse y tomar responsabilidad de sus actos: «Ese país se ha endeudado de una manera irresponsable, vendiendo bonos y pidiendo prestado sin parar. Ahora pretenden entrar en mora, dejando a tantos acreedores sin su pago correspondiente. Por eso considero que legalmente tenemos que darle donde más les duele: ordeno que la señora Maite Delgado sea propiedad ahora de la empresa demandante, Crystallex. Así lo sentencio, y ordeno que se cumpla. Y si no pagan, proseguiremos tomando su patrimonio en Estados Unidos».

Quisimos escuchar a todas las partes involucradas en el caso, pero no tuvimos mucho éxito. Los abogados y directivos de Crystallex estaban reunidos, decidiendo si iban a comenzar a usar a Maite en la inauguración de sus juegos deportivos o en su fiesta de Navidad; los abogados de Venezuela no estuvieron disponibles para hacer comentarios porque estaban muy ocupados jugando Fortnite. La única declaración que pudimos obtener fue la de Maite, quien aseguró estar, como siempre, «regia, proyectada, divina, bendecida, blindada y preparada para el éxito, así sea a 20 grados bajo cero».