Antonio Orozco, un joven caraqueño de 24 años, paseó por las playas del estado Miranda en su camioneta Montero, utilizando gasolina subsidiada por el Estado para atormentar a los bañistas.

«Yo pague la gasolina en monedas del vuelto de la cava de hielo y las dos de ron. Cuando llegue aquí a Chirimena todavía me quedaba medio tanque y me metí de retro en la arena. Le dije al pana DJ Wuarowuero que puyara el DVD del Tomorrowland a todo volumen» aclaró Antonio, mientras se acomodaba sus lentes polarizados.

A continuación una breve lista de cosas que podrían suceder si el estado no subsidiara la gasolina de Antonio:
– Tendríamos recursos para importar medicinas.
– Habrían recursos para invertir en infraestructura educativa.
– Podríamos pagarle a Rafael Ramírez para que se compre unos trajes nuevos